-Pues yo construiré mi casa aquí mismo -afirmó rotundo Sopla.
-¿Así?, ¿sin más?, ¿acaso es de tu propiedad el terreno?, ¿te has preguntando si se trata de un solar edificable?, ¿no has llegado a pensar que esto pueda ser una zona protegida?, ¿es que no has ...?
-¡CÁLLATE, GILI!, ¡deja tranquilo al chaval!, si quiere hacerla aquí que la haga, ¿a tí qué más te da?
-Gracias por tu apoyo, Come, mismamente la haré de paja, que aquí la hay a patadas, así, aunque sea ilegal me la va a pelar, la tiro y hago otra en cualquier sitio.
-Jejeje, de nada, yo en vez de hacerla de paja me haré una paja, pero dentro de mi cabaña de madera. Aún ví el otro día en Bricomanía como se construye una y es facilísimo. Solo necesitaré unos maderos, cuatro herramientas y me quedará sólida como un roble.
-Allá vosotros -les espetó un cada vez más airado Gili- yo pienso hacer las cosas por lo legal para no llevarme sustos.
Desde ese mismo momento Los Tres Lerditos se afanaron en la procura de una vivienda propia.
-¡Oye!, Come, si me echas una mano a construir mi casa luego te dejo vivir en ella hasta que tengas la tuya propia -propuso un animado
Sopla.
-¡Vale!Gracias a la ayuda de su hermano,
Sopla tenía terminada su casa de paja en ese mismo día.
Come aún tardó unos días más en poder terminar la suya. Tras ayudar a su hermano, esa misma noche se fue a las cercanas obras del AVE a robar las tablas y herramientas necesarias para construir su vivienda.

Durante los tres días siguientes y recordando como pudo los consejos del barbudo de Bricomanía consiguió que aquel amasijo de tablas, clavos y maderos se pareciera lo más posible a una casa, y lo más importante, que no se viniera abajo nada más ponerle un dedo encima.
Nada más poner fin a las obras, su hermano
Sopla vino a felicitarle.
-¡Enhorabuena, brother!, te ha quedado muy modernista, parece un diseño de Bofill, bueno, de Ricardito Bofill concretamente.-Sí, de Ricardito tras haberse fumado medio kilo de chocolate. Como coja al barbas de Bricomanía le voy a enseñar yo el verdadero significado de las palabras "fácil" y "sencillo". 
Mientras tanto,
Gili, no pudo compartir la alegría de sus dos hermanos, o al menos por el momento.
El primer día lo pasó entre el ayuntamiento, el banco, el INEM, el Registro de Propiedad, el Colegio de Arquitectos, etc, etc, etc, ... Y es que para pagar el terreno, los impuestos; las comisiones del concejal y del aparejador municipal, que le estaban poniendo demasiadas pegas al asunto; pedir planos y permisos, contratar y pagar los materiales de construcción, luz, agua, saneamiento, etc, etc, etc, ...; a
Gili no le quedó más remedio que buscar un trabajo e hipotecarse hasta las orejas.