De Bien Nacidos ...

-¡¡¡TJO!!!, ¡¡¡TJO!!!, ¡¡¡TJOOOO!!!. ¿Pero qué ...?, ¡quíteseme de encima, señora!
-¡Ha vuelto en sí!, ¡ha vuelto en sí!, ¡dame otro beso, Jaime!, ¡muuuuuaccckkk!
-¡¡¡¡¡Plaaaaasssss!!!!!!
-¡¡¡Aaaayyyy!!!
-No me gusta abofetear a las desconocidas, pero te lo has ganado a pulso.
¡Tjo!, ¡tjo!, ¡tjooo! ¡Dios, me ha salido una flema marrón!
-¡Sniiiiffff! ¡Me has abofeteado!, pero, pero, ¡pero si te acabo de salvar la vida!
-Me da igual, supongo que si lo hiciste es porque era tu obligación. Solo permitiría que me besaras en el caso de que hubieras dado tu vida por salvar la mía.
-Si hubiera dado mi vida para salvarte no creo que estuviera en condiciones de poder besarte.
-No, pero te lo agradecería de por vida.
-De la tuya, supongo. Desde luego no me esperaba esta afrenta de tí, siempre fuiste mi ídolo y acabas de caerte del pedestal.
-Te está bien empleado, tienes suerte que no te denuncie por intento de violación, ¿qué hacías besándome?
-No te besaba, te estaba haciendo el boca a boca, no soy una cualquiera, soy médico, ¿entiendes? -No te lo tomes a mal pero eres una médico cualquiera por lo que veo. Los grandes médicos como el Doctor Vilches, Torreiglesias o House no van por ahí besando a sus ídolos en los retretes. -¡Pero si esos no son médicos!
-Más a su favor, mira a la de gente que curan sin tener carrera.
-Mira, voy a hacer como si nada hubira sucedido y continuaré con mi trabajo.
-Eso, eso, que ya estás incordiando bastante.
-Desabróchate la camisa que te voy a oscultar.
-¡¡¡Por encima de mi cadáver!!!
Espera un momento que voy a hacer una llamadita para dar este tema por zanjado.
A ver ..., 675 ... .24
-¿A quién llamas?

-¡Juancar!, ¡Juancar!, soy Jaime.
-(...)
-¡Cómo que qué Jaime!, ¿Además de tu hijo quién pone más a parir a tu nuera?
-(...)
-Mira, es que estaba en los retretes y parece ser que me he desmayado o algo así y cuando desperté había una tiparraca tratando de meterme la lengua.
-(...)
-¡Pues en la boca!, dónde sino.
¡Ah!, y no contenta con eso ahora trata de quitarme la camisa.
-(...)
-No, no hace falta que te pongas en mi lugar, aunque sé que te gustaría. Como dicen los modernos de ahora la tía no vale un pimiento, no merece la pena que abandones a tus invitados para venir aquí. Con que me envíes a los de seguridad me vale.
Por cierto, también te tengo que decir cuatro cositas acerca de un becario que andaba por ahí.
Gracias por todo, Juancar.

-¡Serás hijo de puta!
-¡SEGURIDAD!, ¡AQUÍ, AQUÍ!, ¡SOCORROOOO!, ¡QUE ME QUIEREN VIOLAAAAR!